Cómo lograr una polenta sin grumos
La polenta es un plato típico del norte de Italia. Se puede preparar de varias maneras, y dependiendo del estilo personal de cada cocinero, puede resultar más o menos espesa.
También los adicionales de las salsas pueden variar según los gustos particulares. Sin embargo, lo importante es prestar especial atención a la forma de prepararla para que la polenta esté libre de grumos y con un sabor exquisito.
Los ingredientes que necesitamos para hacer una buena porción de polenta son mínimos. Sólo utilizaremos agua, harina de maíz y sal. Los secretos para que la polenta no se pegue y no salga con grumos son muy sencillos, siempre y cuando el cocinero siga las indicaciones que explicamos a continuación.
Es muy importante el recipiente donde se prepara la polenta. Resulta fundamental utilizar una olla con superficie antiadherente del tamaño adecuado a la cantidad de polenta que se pretende hacer.
También puede ser un recipiente de acero inoxidable. También es muy importante utilizar una cuchara de madera para no rayar ni dañar la base de la olla.
Se coloca primero el agua y luego la harina de maíz poco a poco. Debemos revolver con la cuchara de madera constantemente hasta que la polenta toma una consistencia tal que logra despegarse de la base de la olla. Condimentamos con sal y ya está lista para consumir. Los agregados como se ha dicho, quedan a criterio del cocinero.